16 de junio de 2010

Veloz. Corria. Saltaba. Se escondia.
Valiente y miedosa. Todo a la vez.
Huia de los pasos que escuchaba. Los nervios le llenaban la piel. La vida le temblaba en los ojos.
El se acercaba.
La capucha roja se deslizo a su espalda y se movia con el viento. El cabello mas despeinado que nunca, y los ojos mas grandes y asustados que en mi vida he visto. Labios secos y la piel demasiado blanca, palida.
Corria mas rapido. Un paso tras otro. Sofocada.
....Aullidos. Un bosque. Solo y oscuro. El tic tac se detuvo. Tenebroso pero misterioso por igual. El escenario perfecto.
Mas rapido. Zapatos de tacón. Arboles al paso.
Zas.
Tropezo. Cayo al suelo. Se raspo la rodilla. Una capa manchada. Rota, rasgada. Ella, ingenua entre los árboles.
El Lobo de pronto saltó encima de ella, con las garras listas y los colmillos a la espera.
Despiadado. Malvado y horriblemente elegante.
Con camisa y traje. Con pelaje negro y sonrisa enloquecedora.
La tuvo entre su pecho y el suelo poco rato. La miró a los ojos cien mil veces seguidas. Y se apartó, de pronto, dejandola ir. Pero ella no se movió.
Caperucita se había enamorado, perdidamente del Lobo.


2 comentarios:

  1. Aquí estoy de nuevo!
    Te agrego ya, que no he tenido ordenador en todo este tiempo, aish. :)
    Gracias por avisar! Muác!

    ResponderEliminar
  2. Increiblemente hermoso!!!

    Vengo de lo de Mili...
    Con tu permiso iré pasando por aquí.

    Un abrazo.
    Dani..

    ResponderEliminar